23 marzo 2013

El análisis económico, entre la pasión y la objetividad



El análisis económico, entre la pasión y la objetividad

En Economía, como en otras ciencias o disciplinas de carácter social, la discrepancia y las diferencias de opinión son algo común y corriente. Es difícil que una determinada visión sea ampliamente compartida por todos. Siempre recuerdo las palabras de mi profesor de Econometría, que decía más o menos lo siguiente: “…los economistas pertenecen a determinadas escuelas de pensamiento, y dichas escuelas son como corporaciones; y la corporación de mayor peso relativo es la que termina imponiendo su visión, hasta que logra imponerse otra escuela, y así pueden cambiar los paradigmas…” Tampoco olvido las palabras del profesor de Historia Económica, que nos recomendaba: “…muchachos, nunca se queden con un solo libro, o con un solo autor; exploren alrededor, lean a aquellos autores que les hagan pensar contradiciendo su propio sentimiento, que los movilicen y les claven el aguijón de la duda”.  Palabras que nunca me voy a olvidar, ya que me ayudan a aceptar otros puntos de vista, de respetarlos y de cuestionarme incluso, mi propia forma de ver las cosas.
Durante el día de hoy, experimenté sentimientos encontrados. Luego del programa de radio “Clima de Negocios”, que conduzco junto a la prestigiosa periodista Sandra Domínguez, algunas personas me cuestionaron el hecho de transmitir una visión muy sombría de la situación económica actual. Debo confesar que no es mi intención llevar pesadumbre a las personas que nos escuchan, ni tampoco persigo sembrar más incertidumbre a los que toman decisiones. Muy por el contario, el gran deseo que mueve la labor de analista económico es contribuir al desarrollo sostenible de nuestra querida Argentina, de Mendoza y del Valle de Uco. Es  cierto que es imposible ser imparcial y totalmente objetivo. Siempre hay algún sesgo en nuestro análisis, empezando por la selección de los temas que ponemos sobre la mesa para debatir y analizar. Uno tiene la posibilidad de poner foco en aquellas cosas que andan muy bien y que son dignas de destacar, o poner foco en aspectos más controvertidos y con más dificultades. La semana pasada hablamos de los problemas de rentabilidad que están aquejando a las economías regionales en general, y a la fruticultura en particular. Hoy hablamos del fenómeno del dólar paralelo y entrevistamos al ex Ministro de Economía Roberto Lavagna. Al hablar del dólar “blue” o informal, tuvimos que hacer referencia a los desafíos que enfrenta el gobierno argentino dadas las presiones devaluatorias. Inevitablemente, cuando quisimos entender lo que estaba aconteciendo, tuvimos que destacar lo que, según nuestra opinión, constituye la causa principal de este problema: la falta de confianza y la pérdida sistemática del valor de la moneda nacional, sin olvidar el patrón cultural de los argentinos, que buscan refugiarse siempre en el dólar, sea cual fuere la causa subyacente de la incertidumbre existente.
Lo dicho precedentemente, constituye parte de mi diagnóstico de la situación, y en ningún caso tengo la intención de ponerme del lado de la oposición. Como ciudadano común deseo el mejor de los éxitos a los gobiernos de turno, dado que de su éxito depende la buena fortuna de todo el país; tampoco tengo afiliación partidaria ni milito en algún espacio político, aunque estoy convencido de que participar y trabajar en política es algo que ennoblece mucho a los ciudadanos, pero que actualmente no forma parte de mi vida. Por todo lo mencionado, mi diagnóstico está basado en lo que percibo de la realidad, dada mi formación profesional y dadas las herramientas de análisis de las que dispongo… Por otro lado, tengo que hacer notar que no soy el único economista heterodoxo que advierte una necesaria corrección del rumbo de la política económica actual. De hecho, hace algunos días, el prestigioso semanario Le Mondé Diplomatique, de conocida tendencia progresista, se ha manifestado a favor de ajustar la sintonía fina en el gobierno argentino; también los economistas del Plan Fénix, muy cercanos a la línea de pensamiento oficial, han hecho saber su parecer al respecto.
Quisiera terminar diciendo que en los próximos programas de “Clima de Negocios”, trataremos de incorporar un bloque exclusivamente dedicado a los empresarios y emprendedores del Valle de Uco, aquellos que -pese a todo- siguen apostando al desarrollo de nuestra región. Estimo que estas innovaciones darán esa bocanada de aire fresco que tanto nos piden algunos de nuestros oyentes.
Gracias a todos por escucharnos semana a semana, y gracias por tomarse el tiempo de leer esta pequeña reflexión.
José Daniel Atencio
Mendoza, Marzo de 2013.

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